Por gentileza de Daniel Franca,
autor del Cartel de las Glorias de 2012,
reproducimos en este blog sus palabras en el
acto de presentación de la obra.
Agradecemos su gentileza, así como la presencia
de un símbolo de nuestra Hermandad en su obra.
Los carteles
también cuentan historias. Para conocer su relato tenemos que remontarnos casi
8 siglos en el tiempo. Imaginemos: es el octavo mes del año 1247. La ciudad
lleva ya algunos meses sitiada. El hedor a soldado herido y sudor de caballo lo
inunda todo en el calor de la noche. Los acompañan el desánimo y la enfermedad.
El silencio aplastante. La incertidumbre infinita. Aguardan impacientes la
llegada de una flota de naves procedentes del Cantábrico con la que remontar
río arriba y completar definitivamente el cerco sobre la ciudad.
Se contaba que
oculta tras un muro de la Mezquita Mayor, se hallaba una imagen que despedía
intensos rayos de luz. Los musulmanes la ocultaron levantando delante una
pared. Sucedió que aquella noche se derrumbó el muro, lo que hizo presagiar a
los sitados su ruina.
Estando Fernando
Alfónsez de Borgoña sumido en oración, en una capilla improvisada en su
campamento, pareció percibir este suceso y escuchó una voz que le dijo: “En mi
imagen de la Antigua, de quien tanto fía tu devoción, tienes continua
intercesora: prosigue que tú vencerás”. En un arrebato de éxtasis se encamino a
la mezquita Mayor pasando desapercibido por las calles enemigas, llegando al
templo y cruzando el arco se postró ante la hermosa imagen resplandeciente.
Los carteles
también cuentan historias y esta es la que yo les he querido contar.
Estoy muy
agradecido al Consejo Superior de Hermandades y Cofradías por ofrecerme la
oportunidad de ser cartelista de las Glorias de Sevilla. Esta obra, este
cartel, me ha permitido profundizar en una de las tradiciones más antiguas e
intimas de la ciudad. Para mí un cartel es un proclamar públicamente un
sentimiento colectivo. El cartel ha de persuadir, informar e invitar a
participar al público ajeno y propio, sobre todo, permanecer en la conciencia
de una colectividad. Desde este momento el cartel deja de pertenecer al autor
para formar parte de la ciudad.
Una buena amiga, me
escribió días antes de la presentación estas palabras que voy a leer a
continuación:
Tal vez, este
cartel, consiga representar a todas las Glorias de Sevilla. Las Glorias son
luz, esa misma que vio un rey castellano vestido de morisco, esa luz que se ha
derramado por los siglos y los hombres en esta ciudad.
Conseguir llevarnos a ese momento, contemplar lo que las leyendas dicen que contempló el monarca que luego fue Santo, y pensar como ha llegado todo esto a la actualidad. Sentir que la historia, la tradición se condensa en esa luz, desde la primigenia Hermandad Gremial de Los Sastres, esa de la cual el propio San Fernando formó parte… La insinuación de ese pendón de los alfayates nos hace pensar que si aquella divina luz ha llegado hasta nuestros días, este resplandor no podrá apagarse nunca.
Conseguir llevarnos a ese momento, contemplar lo que las leyendas dicen que contempló el monarca que luego fue Santo, y pensar como ha llegado todo esto a la actualidad. Sentir que la historia, la tradición se condensa en esa luz, desde la primigenia Hermandad Gremial de Los Sastres, esa de la cual el propio San Fernando formó parte… La insinuación de ese pendón de los alfayates nos hace pensar que si aquella divina luz ha llegado hasta nuestros días, este resplandor no podrá apagarse nunca.
Muchas gracias
Daniel Franca Camacho
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