Reflexiones del Rvdo. P. D. Carlos Martínez, Director Espiritual de la Hermandad
FIESTA DE LA NATIVIDAD DE JESÚS.- Durante los primeros siglos del cristianismo no se celebraba la
Navidad. Esta fiesta se introdujo en la Iglesia de Roma en el siglo IV (345) y
se hizo oficial en el siglo V. Como no se conoce el día exacto que nació Jesús,
la Iglesia eligió el día de una antigua fiesta romana, que conmemoraba el día
más corto del año, el paso del otoño al invierno y el nacimiento del nuevo sol.
De ahí, que se pusiera el nacimiento de Cristo, como nuevo Sol que venía a
iluminar definitivamente a la humanidad.
ORACIÓN: Señor, tú que has asumido nuestra
naturaleza y nos has librado de la muerte, te pedimos que aceptemos la
transformación que deseas hacer en nosotros. El ciclo litúrgico del Tiempo de
Navidad abarca desde el 25 de diciembre hasta la fiesta del Bautismo del Señor.
Su objetivo es celebrar con gozo el nacimiento de Jesús en Belén, su infancia y
vida oculta en Nazaret; con las primeras manifestaciones del Señor Jesús a los
hombres.
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FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA.- Se introdujo por primera vez en 1893. Se celebra el primer domingo
después de Navidad. Se contempla así la vida de la Sagrada Familia en Nazaret,
como modelo de la familia natural en que nacemos y de la familia sobrenatural
en la cual hemos sido adoptados por la gracia de Dios.
En la liturgia de este día se
proclama evangelios distintos, según el ciclo:
Ciclo A: Mateo 2,13-15
Ciclo B: Lucas 2,22-40
Ciclo C: Lucas 2,41-52
La primera lección de la familia de
Nazaret es el silencio, tan necesario para nosotros, aturdidos por tantos
ruidos. Igualmente, la comunión de amor y la sencillez familiar, y el trabajo
como dignidad de las personas. Y otra de las lecciones es la formación y el
estudio que sobre las Sagradas Escrituras dieron a Jesús sus padres. Formación,
meditación y oración como clave de una familia cristiana.
ORACIÓN: Familia de Nazaret, enséñanos el silencio,
el recogimiento y la interioridad; que estemos siempre dispuestos a conocer
cada día más la Palabra de Dios y a escuchar las buenas inspiraciones y la
doctrina de los verdaderos maestro de la Iglesia.
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FIESTA DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS.- Desde antiguo, el 1 de enero se celebra la liturgia de la octava
de Navidad, con alusiones especiales a la maternidad de la Santísima Virgen. El
evangelio de este día nos habla de la adoración de los pastores y la circuncisión
a los ocho días del nacimiento de Jesús. Es la fiesta de la MADRE que acoge al
Hijo de Dios (Lucas 2,16-21).
La fiesta de la Presentación del
Señor al templo de Jerusalén tiene distinta celebración el dos de febrero, como
fiesta de la Luz que trae el Señor a la humanidad (Lucas 2,22-40).
ORACIÓN: Al comenzar este nuevo año, te pedimos
Señor, por intercesión de tu Santísima Madre, que estés siempre presente en
nuestras vidas, para que todos los días estén llenos de tu Luz y puedan verla
quienes nos contemplan.
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FIESTA DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR.- Se celebra doce días después de la Navidad. La Iglesia Occidental
le da el nombre de “pequeña Navidad”. Para la Iglesia Oriental, en cambio, esta
fiesta es más importante y la considera como la fiesta de la Navidad. En esta
fiesta se celebra la manifestación del Niño-Dios a todas las razas de la tierra
(Mateo 2,1-12).
ORACIÓN: Señor, que te conozcan y adoren todos los
pueblos, que seas conocido en todo el mundo, pues sólo así se cumplirán tus
designios y la creación llegará a su plenitud.
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FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR.- Tradicionalmente, la Iglesia conmemora tres epifanías expresadas
en la Palabra de Dios:
- “Hoy la Estrella condujo a
los magos al pesebre” (De Mateo 2,1-12)
- “Hoy el agua se convirtió en
vino en las Bodas de Caná” (De Juan 2,1-12)
- “Hoy Cristo fue bautizado por
Juan en el río Jordán para salvarnos”. Jesús fue manifestado como el Hijo de
Dios en su bautismo.
En la liturgia de este día se proclama distintos evangelios, según
los ciclos correspondientes:
Ciclo A: Mateo 3,13-17
Ciclo B: Marcos 1,6b-11
Ciclo C: Lucas 3,15-16
En el Bautismo de Jesús el Espíritu
de Dios da testimonio de Jesús de Nazaret. Una voz desciende del cielo, pues
del cielo procede Aquel de quien se da testimonio. Sobre los bautizados, San Gregorio Nacianceno
decía: “Nada hay que agrade más a Dios que os convirtáis en una fuerza
vivificadora para el resto de los hombres”-
ORACIÓN: Señor, que has manifestado a Jesús como
Hijo tuyo en su bautismo, te pedimos que nosotros mismos también le
manifestemos como tu predilecto en las obras de nuestra vida.
FELIZ NAVIDAD
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